4/3/08
EL OTRO MUNDO VIVO
Todos los habitantes de Sedna tienen la piel anaranjada, como compuesta por 3 bolas, y 2 alas en la espalda, que cada uno las tenía de diferente color. Todos tenían una nariz tan grande que asustaba.
Sedna estaba plagado de una especie de troncos rojos, en los que la gente escribía gamberradas, pero también dedicatorias y despedidas. Otras más grandes eran las entradas a sus casas, pues vivían bajo tierra. Por lo demás, la hierba era azul y en el paisaje se veía el resto del Sistema Solar, pero solo los días más soleados. A todos les gustaba mucho su planeta.
Espinatino y Piripelo eran gemelos. Los 2 tenían el pelo morado y las alas verdes.
Yo, Larai, tenía el pelo rosa chicle, menos cuando me enfadaba, que se me oscurecía, y las alas color carne.
Un día nos enviaron a explorar el Sistema Solar para descubrir si existía vida en algún otro lugar. Cómo las naves de Sedna son mucho más rápidas que la luz, casi no veíamos las estrellas. Pusimos el piloto automático y observamos el Sol. Nos acercábamos peligrosamente a él. -¡¡Socorroooo!!!_Gritaba de broma Piripelo_ Nos vamos a asaaar_ Y se escondió bajo un asiento.
De repente la nave dio un vuelco: Nos estaba avisando de que nos alejábamos de la ruta, así que cojí el mando, porque los gemelos no tenían ni idea de conducir, y alineé bien la nave. Ahora Plutón estaba muchísimo más cerca que antes. Dentro de poco llegaríamos a tierra, y adivinaríamos si en Plutón había o no vida. Lo dudábamos mucho, por que nosotros vivíamos gracias a otras estrellas que nos alumbraban mucho más que el Sol.
-¡Tierra a la vista!_ dijo Espinatino_ Abróchense los cinturetas, antes tenemos que pasar por la Nube de Oort, la nube de cometas.
La nave se inclinaba a un lado, la cometa le pasaba rozando, la nave subía, un cometa encima, la nave bajaba, estaba rodeada; pero conseguimos escapar acelerando mogollón y todo recto. NO nos lo creíamos: Habíamos pasado la Nube de Oort; nos faltaban los planetas y lo siguiente, lo más difícil, el cinturón de asteroides que dividía los planetas de interior con los de exterior.
Aterrizamos en Plutón. Era pequeño, poco más grande que Sedna, pero allí no había ni seres microscópicos; no había nada.
-Ahora se ve mucho más cerca el Sol _Comenté_ ¿Eh, chicos?
Pero ellos solo tenían ojos para una bola gigante que se acercaba peligrosamente a ellos.
-Eso es , el satélite de Plutón.
-¡Pero si es muchísimo más grande que plutón!
-Aún así es su satélite y no va a empotrarse con su planeta. ¡¿O sí?!
Y salimos corriendo con nuestra nave, que no se veía por culpa del color del planeta.
-¡Vamos!
Ahora nos tocaba Neptuno, en el que se veía aún mejor el Sol, que cada vez nos molestaba más, pues estábamos acostumbrados a mucha menos luz.
Ahora nos dábamos cuenta que, cuando la nave se desvió nos saltamos Eres; lo miraríamos por el camino de vuelta.
Allí tampoco había vida; Otra misión fracasada.
Ahora debían tomar rumbo hacia Urano; pero antes debían dormir, así que sacaron las camas plegables y durmieron en Neptuno.
- Me irritan los ojos_ Dije_ Será por el Sol, que cada vez está más cerca.
Seguidamente se fueron a Urano. No había nada. Ninguna señal de vida: NADA.
En Saturno sucedió lo mismo. Por más que rebuscamos no encontramos nada. Pero cuando buscamos en sus anillos vimos algo asqueroso: ¡Gusanos de colores repugnantes! ¡Y congelados!
-Debió de suceder algo terrible _Comenté_ Es difícil que hallan muerto así por que sí. Mejor nos llevamos uno de estos y un poco de anillo. Lo analizaremos. ¡Seguro que esto tiene una explicación!
-Eran gusanos, pero no era para tanto-Me siguió piripelo_. Ahora son… ¡gusanos de hielo!
-Que extraño… Vayámonos rápido a Júpiter, yo aquí no quiero dormir.
-Que se le va a hacer…
Así que tomamos rumbo a Júpiter.
-¡Por fin!
Y nos alegramos todos.
Habíamos llegado a Júpiter y habíamos contemplado su Gran Mancha Roja, y nos fuimos a dormir a su cumbre. Ahora a pasar los asteroides.
Buscamos un sitio en el que hubiera menos y los conseguimos pasar sin mayor dificultar. Al ver Ceres a lo lejos nos acercamos a mirar. Era muy bonito, pero no tenía suficientes condiciones para que pudiera habitar algún ser vivo en él.
En Marte había marcas de agua y nos levantó sospechas, pero fueron a mayores al descubrir una huellas muy extrañas. Ya nos parecían extrañas principalmente por que como nosotros no dejábamos huellas. Entonces vimos la Luna. Y fuimos hacia ella.
Cuando vimos la estación espacial íbamos a datar que en el planeta Luna hay vida, cuando nos dimos cuenta de que era el satélite de Tierra. Datamos que en el satélite de la Tierra, Luna había vida, Pero claro, aún teníamos que investigar a fondo la Tierra, muy a fondo.
La tierra estaba muy civilizada. ¡Ya tenían el problemón con el CO2! Nosotros lo habíamos superado hace unos 600 años. Su agua era azul y la nuestra roja; su hierba era verde y la nuestra azul; pero por lo demás éramos iguales; Bueno, la Tierra era mucho más grande que Sedna. Sus habitantes eran muy amistosos; no necesito dar detalles, pues si os miráis ya sabréis como eran.
Dormimos allí.
A alguno (sin mirar a nadie) les encantó alguna que otra terrícola, pero conseguí sacarlos de allí, aunque a la fuerza.
Ese día fue mi cumpleaños y lo celebramos por todo lo alto. Mi madre me había puesto un video y una tarta hecha por ella en la astronave, y los terrícolas una cursi fiesta, que no tenía nada de gracia; solo para ellos. Nos regalaron una especie de móvil de primera generación; muy antiguo, y unos guantes finísimos, aunque para ellos eran los más calientes de mercado. A Piripelo y Espinatino les encantó; pero a mi no. Me moría de ganas por marcharme a mi casa y celebrarlo allá, en Sedna. Ahhhh… Cómo añoraba a mis amigos, a mi casa, a mi familia, a mi perrytondy… Que ganas tenía de volver a casa.
En cambio, ellos retrasaban cada vez más la vuelta. Bueno, aún teníamos que pasar por Venus y Mercurio…
Bueno, que aún faltaba.
Ahora, camino a Venus:
Al pasar junto a Venus vimos que era el astro más luminoso del Sistema Solar quitando al Sol, pero también descubrimos que allí no podía haber vida por que estaba lleno de volcanes en erupción: cada minuto se activaban 30 volcanes aproximadamente: una barbaridad.
Solo podrían vivir seres de fuego o seres de lava o algo así.
Nosotros nos asábamos en la Tierra en invierno, en el Solsticio de invierno, bueno. Así que allí ni te digo. Nos tuvimos que poner unos trajes especiales para el no calor y los trajes antigravedad: tan ligeros que el Sol no se daría cuenta de que existimos, y nos tragaría. No aguantábamos más. Al acercarnos a Mercurio la cabeza nos estallaba por culpa del calor. ¡Era inaguantable! No debía de haber nadie en mercurio, por que… ¿Quién podia aguantar este calor?
Pero aún así Piripelo y Espinatino se quisieron ir más hacia el Sol, pues querían saber como era. Nunca fueron muy grandes pensadores. Pero eran mis mejores amigos. Yo se lo intente impedir, suplicándoles que era una locura, que iban a acabar muertos y que yo con ellos, entonces me dijeron que me fuese a Sedna, y que pidiese refuerzos. Yo les hice caso: ¿que otra cosa podía hacer, si eran más tozudos que una mula?
Ya no volví a saber más de ellos: los refuerzos volvieron sin ninguna pista. Los gusanos estaban muertos; no se supo por que. Y me operé la nariz.
Les hecho tanto de menos…
Me hice modelo y aún guardo con amor sus recuerdos, por si vuelven.
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